martes, 15 de septiembre de 2009

Reemplazo urgente

Hará cosa de un mes que me topé en la librería con una auténtica ganga: Apologías y rechazos, del argentino Ernesto Sabato. Se trata de una colección de breves textos publicados en revistas y periódicos en la década de 1970. En el 79 Sabato los reunió a petición de sus allegados. Y cuarenta años después se me aparecieron en las manos. Lo más sorprendente de todo, es la frescura y la vigencia de las palabras de su autor en ensayos como "Educación y crisis del hombre", donde escribe:
«No es pues descabellado ni utópico sostener que aun dentro de esta misma civilización en crisis pueden irse forjando los instrumentos que permitan reemplazarla por una sociedad mejor. [...] La nueva escuela debería ser un microcosmos en que el niño se preparase para una auténtica comunidad, la que supere esa antítesis en que hasta hoy nos debatimos: o un individualismo que ignora a la sociedad o un comunismo que ignora al hombre.»
Ninguno de los ensayos tiene desperdicio, pero dos resultan particularmente entrañables y oportunos en tiempos de transición como los que vivimos. Me refiero a los dos textos biográficos del volumen: "El desconocido Da Vinci" y "Pedro Henríquez Ureña". En ambos, Sabato explora las dimensiones racional y sensible del ser humano, reflexiones que vienen a dedo cuando no terminamos de comprender que somos sujetos sujetos multidimensionales, bastante más complejos de lo que creemos.

miércoles, 27 de mayo de 2009

De cara a las crisis

Algunas pautas para repensar las crisis que aquejan a nuestro planeta, a nuestro mundo. Qué le vamos a hacer, ya sabes que me encanta esta mujer. Hay tanto de sentido común en el fondo de sus argumentos, y tan complicado asumirlos como principios de vida. Merece la pena escucharla y sacudir una que otra idea.

sábado, 16 de mayo de 2009

Amor

«Necesitamos una filosofía moral en la que el concepto de amor, 
tan raramente mencionado por los filósofos, se haga central de nuevo.»

Iris Murdoch
La soberanía del bien

domingo, 3 de mayo de 2009

Green Unplugged Film Festival

Casualmente —como sucede frecuentemente en la red— llegué al sitio Culture Unplugged y su Film Festival Green Unplugged. Hay cortos fascinantes y estremecedores por diversas razones. Aquí dos muestras. Primero, el más visto del sitio, un film simplemente impresionante por su terrible transparencia. Después, un film de animación que invita a pensarnos —por enésima vez, lo sé—nuestra relación con la naturaleza.



miércoles, 22 de abril de 2009

Por aquello del Día de la Tierra

Detenerme aquí hoy, Día de la Tierra, resultaba ineludible. 

Aunque sea para recordarme a mí mismo porque inicié hace más de un año este blog. Aunque sea para ponerme en la agenda la necesidad de venir por acá más seguido, y no dejar de confrontarme conmigo, con mis señaladas incoherencias, con mis anhelos con respecto a lo posible. 

Y sí, aunque sea de paso, algunas propuestas para seguir explorando las contradicciones que nos rigen. 

Como el sitio en el que Discovery Channel invita a descubrir el verde de nuestro planeta, actualizando algunos datos sobre nuestra querida Tierra. 

O algunos fragmentos del discurso que, con motivo de esta conmemoración, dio el ídolo del momento, Barak Obama, hablando acerca de la necesidad de energías limpias y renovables

Y aprovechando el viaje, aunque sea por ahora sólo de pasada, el proyecto Current, que pese a no haber nacido ayer, ha resultado para mí una completa novedad, digna de reflexión y análisis al momento de pensar sobre el futuro de las tecnologías de comunicación y el papel de la participación. Ya habrá aquí o allá oportunidad de explorar este fenómeno. Por lo pronto, una nota de Current sobre la efeméride del día...


miércoles, 15 de abril de 2009

Corre la voz...

La Cooperativa Nidopermita arrancó hace unos meses sus trabajos formales, poniendo en marcha su Centro de Investigación Somática y Artes Curativas. No dejes de echar un vistazo a los proyectos de esta extraordinaria comunidad... Y si vives en la Ciudad de México, no lo dudes y acércate a alguno de sus trabajos.

viernes, 3 de abril de 2009

¿Por qué demonios...?

«Cuanto más nos recuerdan que los recursos naturales son finitos, más nos desplazamos en manada a los bosques y a los desiertos y más habitamos en edificios de cristal que requieren un gasto enorme en calefacción y aire acondicionado. ¿Por qué demonios hacemos precisamente lo contrario de lo que deberíamos hacer? No estamos enamorados del medio ambiente real, sino de las previsibilidades abstractas —de la seguridad y no de la santificación, de la suave monotonía y no de los álamos moteados—.»

Eric G. Wilson, Contra la felicidad. En defensa de la melancolía.

La cita está tomada de un breve pero poderoso libro que, desde hace unos meses, se ha convertido en pieza clave de mi biblioteca personal. Hoy, hojeándolo en busca de luces en medio de mis sombras, me topo con este párrafo y encuentro un buen pretexto para mantener vivas las reflexiones detrás de este espejo. La pregunta contenida en el centro de este fragmento es tremenda. Ahí la dejo, nomás pa' darle una pensada. 

jueves, 12 de marzo de 2009

Estupideces

«La pobreza masiva que tenemos en la Tierra es un fracaso técnico y ético, es un atentado contra la inteligencia humana y contra la moral: la pobreza es objetivamente una estupidez y un pecado de los hombres.» 

Luis de Sebastián, La solidaridad. Guardián de mi hermano.

Y a pesar de tantas pruebas de nuestra estupidez, permanecemos ciegos, indiferentes; encontrando mil razones para justificar nuestra falta de fraternidad; inventando un sinfín de pretextos para legitimar nuestro egoísmo. 

jueves, 26 de febrero de 2009

Competencia

«La competencia, considerada como lo más importante de la vida, es algo demasiado triste, demasiado duro, demasiado cuestión de músculos tensos y voluntad firme, para servir como base de la vida durante más de una o dos generaciones, como máximo. Después de ese plazo tiene que provocar fatiga nerviosa, diversos fenómenos de escape, una búsqueda de placeres tan tensa y tan difícil como el trabajo (porque relajarse resulta ya imposible), y al final la desaparición de la estirpe por esterilidad. No es solo el trabajo lo que ha quedado envenenado por la filosofía de la competencia; igualmente envenenado ha quedado el ocio. El tipo de ocio tranquilo y restaurador de los nervios se considera aburrido.»
Bertrand Russell, La conquista de la felicidad.
En estos días me traigo entre manos este texto de Russell, cuyo título remite sin duda a una biblioteca de autoayuda o superación personal. Mi escepticismo inicial ante las provocaciones del filósofo inglés ha ido siendo superado conforme avanzo en la lectura. Y confieso que en el capítulo dedicado a la competencia (de donde extraigo el fragmento anterior) me tiene ya de su lado. Si bien en ciertos aspectos sus reflexiones —publicadas inicialmente hace poco menos de un siglo— suenan anticuadas, en otros conservan una vigencia terrible. 

El engaño de creernos que en la competencia hallaremos la felicidad parece hoy más arraigado entre nuestra especie que en los días de Russell: ahí seguimos, tragándonos esa ilusión y justificándonos por ello; pues, incluso cuando un atisbo de sensatez nos lleva internamente a reconocer esta tragedia, de cara al mundo insistimos en poner una sonrisa como asegurando que somos felices y estamos haciendo lo correcto. 

viernes, 20 de febrero de 2009

Crisis de ideales

Zygmunt Bauman fue hace un año uno de los detonadores de este espacio. En estos días, preparando una de mis clases, me reencontré con uno de sus provocativos textos. En Vidas Desperdiciadas, Bauman describe con ojo crítico la cultura de residuos que caracteriza a nuestra modernidad líquida. Transcribo aquí un fragmento del texto que trabajé en clase con mis chicos. 
Para resumir: en ningún otro tiempo ha sonado más verídico que como suena en nuestro mundo moderno, licuado y fluido, el memorable veredicto de Robert Louis Stevenson, según el cual «viajar con ilusión es mejor que llegar». Cuando los destinos mudan o pierden su encanto más rápido de lo que pueden caminar las peirnas, rodar los coches o volar los aviones, seguir de viaje importa más que el destino. [...] La líquida cultura moderna ya no parece una cultura de aprendizaje y acumulación, como las culturas registradas en los informes de los historiadores y los etnógrafos. Más bien parece una cultura de la retirada, la discontinuidad y el olvido.

En esta clase de cultura, y en las estrategias políticas y vitales que valora y promueve, no queda mucho espacio para los ideales. Menos espacio para los ideales que provocan un esfuerzo a largo plazo, continuo y sostenido, de pasitos que llevan con ilusión hacia resultados ciertamente remotos. Y no queda espacio en absoluto para un ideal de perfección, que extrae todo su atractivo de la promesa del final de la elección, el cambio y la mejora. Para ser más precisos, semejante ideal puede seguir rondando sobre el mundo de la vida de un hombre o una mujer modernos y líquidos; ahora bien, sólo como un sueño, un sueño que ya no se espera que se haga realidad y que, cuando apunta a lo concreto, rara vez se desea que se haga realidad. Un sueño nocturno que casi se disipa a la luz del día.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Renacer

Ayer una alumna me dijo en clase, palabras más, palabras menos: "Oye prof, yo quiero ser austera. ¿Puedo ser austera y tener alguna cosa cara?"

El comentario me atrapó por su sinceridad, por su tinte de ingenuidad. Un comentario así, viniendo de una adolescente que se mueve en un contexto socioeconómico seguro —más que seguro— me pareció un oasis de esperanza.

Y de pronto, recordé este proyecto. Recordé la chispa que encendió este espacio cuyo sentido he conservado ya desde hace un año sin ceder. Pese al abandono temporal en que lo tuve, las ideas que le dieron origen han seguido madurando en mi interior. 

Y así, ante el planteamiento de esta niña, no pude sino obligarme a regresar a este lugar. Y renacer en él. Arranca aquí esta segunda temporada.